Nuestro
Lema
Cada año nuestra animación Pastoral gira en torno a un lema que da sentido a las acciones que realizamos. Este curso, nuestro lema es «¡Brilla!».
Con el poder de la sonrisa construimos nuestros sueños y creamos bienestar. Reforcemos el recuerdo positivo, alegre y feliz de compartir, ayudar, participar, crear e investigar.
La sonrisa es fundamental para el desarrollo integral de la persona, y esto es lo que como escolapias más deseamos para nuestros alumnos.
Amor
Descubrir las pequeñas acciones que expresan amor en la vida cotidiana.
Ser consciente de cómo manifiesto el amor hacia los demás a través de mis palabras y acciones.
Buscar ejemplos de personas que viven el amor auténtico y tomar inspiración de ellos.
Fomentar el respeto y la comprensión mutua en todas mis relaciones.
Recordar que el amor es la base de toda relación sincera y profunda.
Justicia
Reconocer y defender los derechos de los demás, especialmente de aquellos que son vulnerables.
Ser consciente de cómo mis decisiones y acciones impactan a los demás.
Buscar ejemplos de personas que luchan por la justicia y aprender de su compromiso.
Promover la equidad y el respeto en todos los ámbitos de la vida.
Recordar que la justicia es un valor esencial para construir una sociedad más humana y solidaria.
Paciencia
Aprender a esperar con serenidad los procesos y resultados en la vida diaria.
Ser consciente de cómo reacciono ante las dificultades y contratiempos.
Buscar ejemplos de personas que practican la paciencia y tomar inspiración de su actitud.
Fomentar la comprensión y la calma en situaciones que generan estrés o frustración.
Recordar que la paciencia es una virtud que fortalece el espíritu y la convivencia.
¡Brilla!
Ser luz para los demás es siempre POTENCIAR A LA PERSONA. Ser luz para los demás es escuchar sin juzgar, generando esa intimidad sanadora de quien necesita abrirse para curarse. Ser luz es despertar y provocar sonrisas en los demás. Ser luz para los demás es llorar y dar calor en los momentos más difíciles. Ser luz para los demás es aguantar cuando el otro está sufriendo por algo que lo lleva a generar oscuridad; estar ahí, dejando que el chaparrón caiga para después recoger los pedazos y ser luz.
Todos estamos llamados a iluminar, a ser luz, de una manera profunda, desde el corazón.
Es nuestra primera vocación, la que debemos enseñar a nuestro alumnado y la que debemos fomentar en los demás.